martes, 5 de febrero de 2008

Yo quiero ser Mongola

Al final me he decidido a hacer un homenaje al héroe de mi infancia. Gracias al último libro que he leído, Genghis Khan. Genghis Khan y el inicio del mundo moderno de Weatherford, Jack .

La historia de Genghis Khan fue el primer libro que leí. Resulta sorprendente qué a una niña de entre 7 y 8 años le regalen ese libro. Pues en casa no había otros libros que las cartillas de aprender a leer en la escuela. Mis padres, aunque no era analfabetos si tuvieron que abandonar la escuela a los 9 años. ¿Qué pasaría ahora si nuestros hijos abandonarán la escuela a los 9 años?
Mi madre no era muy aplicada en la escuela y no le gustaba, pero no fue esa la razón de abandonarla. Su madre, viuda desde la guerra civil, se puso enferma y mi madre, hija única, la tuvo que cuidar hasta que murió, cuando ella tenía unos 12 años. De pequeña me sorprendía leer sus recetas de cocina o cartas, pues aunque tenía la letra bonita juntaba las palabras. Pronto la sustituí en la escritura de cartas y felicitaciones familiares. Ahora con la edad cada vez escribe mejor, quizás de ella me viene la fuerza y mi deseo de seguir aprendiendo.
Cuando mi padre tenía 9 años, el suyo consideró que era ya muy mayor para ir a la escuela y lo mandó de pastor. Cambio los libros, las libretas y los lápices por las ovejas hasta los 12 años, entonces, mi abuelo decidió que ya era un adulto y se debía ocupar de las tierras. Pero a mi padre si que le gustaba la escuela, aunque no los libros, y siguió yendo a nocturno hasta los 12 que obtuvo el certificado escolar (estaríamos en el año 1945). A mi padre le gustaban los números, y las cuentas pero no leer. Por eso no había libros en mi casa. De mi padre me viene la afición a los números, y por extensión a las ciencias. Y de mi abuela, la madre de mi padre, quizás la afición a leer, aunque mi abuela lo mantenía oculto, ¡No era bueno para a una mujer que se supiera que le gustaba leer!
¡Hasta que un día mis padrinos vinieron de visita!, como era su ahijada me trajeron un regalo. Quizás ha sido el mejor regalo de mi vida, 4 libros, nunca entendí la selección de los títulos, ya de mayor la achaque a una oferta de los grandes almacenes. Quizás mis padrinos también eran analfabetos, aunque supieran leer y escribir. Los libros era de esa colección de mi generación Historias Selección, que eran libro y comic a la vez. Por eso podías leer el comic primero si tenías mucha prisa y luego la letra pequeña ya más tranquilamente, cuando ya conocías la historia. Bueno los títulos eran: Genghis Khan, Los Vikingos, Los cuentos de Hoffman y uno de la serie Sissi, creo recordar que La alegría de Sissi, un libro que trataba sobre el primer hijo de la emperatriz. Lo debí leer más tarde y en un momento en que no tenía otra cosa que leer, pues su huella fue nula. No pasó lo mismo con los otros tres, sobre todo la historia del conquistador mongol.
Lo leí entre 15 y 20 veces, aún lo conservo destrozado con todas las páginas sueltas y oscurecidas por el sol. Me subía a la terraza a leer. Pues sí, me fascinó el personaje y la historia de su vida y por supuesto consiguió que me enganchará a leer. Nada más terminar de leer estos libros, le pedí a mis padres apuntarme a la Biblioteca del pueblo, y hasta ahora, aunque ya no sigo de socia en la biblioteca del pueblo, está cerrada. ¡Qué tristeza provoca un pueblo pequeño sin biblioteca!. Ahora soy más fetichista y colecciono libros. Bueno, colecciono y distribuyo entre mis amigos, pues mi biblioteca esta repartida entre varias casas de diferentes amigos. Yo también colecciono de ellos. ¡Me encanta recomendar y dejar el último libro que me ha fascinado no se sabe muy bien porque o sí pero no sé expresarlo!
Bueno a lo que íbamos, leer la historia de Genghis Khan me fascino y la leí embobada queriendo ser Temugin. Y eso quedo en mi infancia y ya mayor me avergonzaba de tener un héroe tan violento y con esa historia tan terrible que le persigue. Por eso cada vez que cuento que el primer libro que leí fue ese, lo digo con un punto de sorna y riéndome de mi misma, como diciendo que era muy niña. Pero va y ¡no!, el leído el libro de Weatherford, de hecho lo estoy terminando y he comprendido porque me gustaba ese héroe. Simplemente porque era diferente y quería ser aceptado sin renunciar a ser el mismo. Pero la historia ha creado de él un mito negativo para justificar nuestros propios miedos y nuestros propios crímenes. Era un hombre cruel y guerrero, pero no más violento que cualquier otro de la época. Quería ser fuerte para poder ser independiente y eso le llevo a crear un imperio. Pero Weatherford que ha hecho un trabajo muy interesante, sobre todo antropológico, (Si escribe las memorias, sobre todas las peripecias que tuvo cuando estuvo en Mongolia, creo que será muy interesante leerlo, hay una pequeña introducción en el libro). Desmitifica muchas ideas sobre la historia de los mongoles, nos da una visión que me ha parecido bastante realista e interesante, haciendo hincapié en todos los aspectos sean positivos o negativos. Y ahora me siento orgullosa de mi héroe.
Esta idea me lleva a otro libro de José Luís Sampedro, que leí el año pasado, Los Mongoles en Bagdad, que compara el ataque a Bagdad por los mongoles con el perpetrado por los occidentales tristemente liderados por EEUU, Inglaterra y España?.

Creo que dicho libro, es pequeñito, pero no tiene desperdicio. Sampedro comenta con un profesor mongol la diferencia entre las dos invasiones. Podéis encontrar más información en los mongoles en Bagdad.
PD: Ya puestos a hablar de Iraq no os perdáis la pelí que comento en la entrada anterior.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias