Aún recuerdo aquella conversación con Pepe el día de mi 25 cumpleaños, que deprimida porque me sentía mayor, estuvimos hablando casi por primera vez sobre nuestras vidas y esa sensación compartida de vivir entre dos mundos opuestos, la visión de futuro que nos daba el estudiar Informática y nuestro origen,el campo dónde nos habíamos criado.
Y hoy me encuentro con un artículo de Muñoz Molina en El País dónde trata ese tema, Demasiada Felicidad, y me he acordado de dicha conversación, de las veces que posteriormente hemos comentado lo que nos hace sentir Muñoz Molina, ese reencuentro con nuestra infancia y adolescencia. Y para mi, sobre todo cuando leí el Jinete Polaco (Premio Planeta, 1991 y Narrativa en 1992) la sensación de estar reviviendo esa infancia tan lejana en el tiempo y en el espacio en estos tiempos.
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